jueves, 25 de marzo de 2010

Compro...¿que?

-…muy bien cariño, me voy a dormir, llámame mañana, a las ocho para despertarme.

-No lo dudes, lo haré. Un beso y buenas noches!

-Buenas noches amor!

Llámalo esfuerzo, locura o amor. El caso es que tenemos tendencia a no valorar lo que tenemos entre manos, hay veces que ni cuando lo perdemos… Un “si quiero”, la aceptación de un contrato de cualquier tipo o, incluso, un pequeño garabato en la mitad de un papel donde pone “firma del jugador” no son simples palabras o dibujitos.

Aunque parezca mentira, estos gestos nos atan a un estilo de vida que arrastra a otras personas. En el momento en que se falta a uno de estos compromisos, ya no sólo nos estamos hiriendo a nosotros mismos (al fin y al cabo en esta sociedad egoísta es lo mínimo que podría pasar) sino que estas faltando al respeto a la gente que ha decidido hacer este camino junto a ti, codo a codo. Esto es lo peor que les puedes hacer, pues estas adoptando un comportamiento egoísta, solamente te importa hacer tu vida sin dar ninguna importancia a la gente que trabaja para ti (si, aunque un falso vendaje en los ojos no te lo deje ver hay gente que se preocupa por los demás).

Cuando alguien no es capaz de asumir las responsabilidades de estos compromisos y los resultados no son los que uno se esperaba, la tendencia es de cargarse, enfadarse e incluso criticar actuaciones de los demás (que curiosamente suelen ser personas comprometidas). Cuando en realidad, como dice la canción, deberían mirar primero al hombre del espejo y arreglarlo a el primero.


Por cierto, la chica llegó tarde a la primera clase de la mañana

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